Creacion del hombre

De la profunda tierra
el hombre se creó
juntamente con el líquido
que fuerte forma le dio.

El elemento abrasador
le introdujo la llama
y con el suave aire
la vida le fue dada.

Asi de la union de cuatro
uno solo fue formado
pero asi no acabo

De cuatro a seis dos
luz y oscuridad que
al hombre la locura dio.

De lobo sin manada

Las personas son animales. Animales salvajes y animales mansos. la gente no es sino un fiel reflejo de la cadena alimenticia. Miramos y devoramos.

Vamos a por lo que queremos olvidandonos del resto. Somos animales solitarios. No queremos a nadie. Por egoismo. Por envidia. Por miedo. Andamos solos. Vivimos solos. Podemos estar rodeados y aun asi sin nadie quien nos sostenga. A nuestro alrededor se alzan paredes, muros, barreras que apartan y distancias. Infranqueables e invisibles. Sin darnos cuenta. Sin percatarnos. Sin quererlo.

Y solamente cuando estas se vuelven opacas nos damos cuenta. Y buscamos la manada, el grupo, la congregacion, lo nuestro. Y nos sentimos bien. Nos alegramos. Creemos haber vuelto a encontrar el sitio. Nuestro sitio. Y disfrutamos. Nos relacionamos. Y en ciertos llegamos a unirnos.

Pero al tiempo volvemos a notar la llamada. A sentir el incesante sonido de la propia persona. De nuestro interior. Y nos separamos de la manada con una sonrisa y volvemos a la solitaria caza, elevando nuevamente las caidas murallas de nuestro ser.

El lobo vuelve a cazar. Solitario. Alejado de la manada. Pero sabiendo que podra volver. Y se siente feliz, aullando en su interior.

Al horror desterrado

Del lago en penumbra surgió
aquello que encerrado quedó
ha tanto iempo pasado
por valiente caballero armado.

Ahora la espada se oxida
la armadura, deslustrida
el escudo, abollado
at eternum, el caballo.

Ya no hay caballero
pero el horror continua,
ya no hay ningun alero.

No hay certeza de salvacion.
No hay cosa segura.
No podemos enfrentarnos al horror.

Poesia

Reina oscura que una vez tuvo amor.
Señora de corazones marchitos.
Aquella que una vez se alejó.
Y la mente, ¡imbecil!, la siguió.

Orgullo de acero irrompible.
Distancia dificilmente salvada.
Doloroso tormento separador.
Consuelo en brazos amigos.

No hay cuentos de hadas.
No hay pincipes que retornan
No hay princesas que aguardan.

Golpe real y dolor invisible.
Adios, de nuevo, para siempre,
par nunca. Asi yo dije.

Poesia

Cabello negro como la noche
y ojos como dos llamas
que abrasan a quien os mira
y boca que sabe a gloria.

La piel de un blanco puro
y las manos, dos joyas divididas.
La voz, suave melodia,
que entristece cuando escucho.

Triste contemplacion y gozosa dicha.
Sol enmedio de feroz tormenta.
Desdicha absoluta en enorme alegria.

Ser queriente sin llegar a serlo.
Ser suficiente con gozo de serlo.
Fuego que se extingue sin morir.