Las marionetas son seres sin vida, condenados a ser manipulados por otros, día si, día también. Pero eso no tiene porque ser siempre así.
En Murcia existía un famoso teatro de títeres. Allí la estrella de las funciones era una simple marioneta. Sencillo y llano, pero que hacia las delicias del público en cada una de sus actuaciones. Todos los que le veían quedaban encantados de su presencia y en el horario que le tocaba actuar las gradas se llenaban.
Pero como se sabe los titiriteros encierran de nuevo a sus pequeños “esclavos” tras cada función en cajones, cajas o armarios oscuros donde descansan recordando el trabajo bien hecho, sin saber nada mas del mundo exterior, hasta salir de nuevo a escena al día siguiente. Ciegas, hacían su trabajo sin chistar.
Hasta que un fatídico día, ocurrió el desastre. Durante la movilización de las cajas de una parte a otra, aquella que contenía al pequeño intérprete de hilos, cayó al suelo. Al levantar la tapa se descubrió que la cabeza de la marioneta se había roto. Enfadados por el estropicio los titiriteros lo mandaron a arreglar.
Un mes después la marioneta regreso junto a sus amos. Las primeras semanas fueron duras, ya que tras permanecer un mes en inactivo las articulaciones e hilos se habían encallado un poco, pero en seguida se volvió a recuperar el ritmo y la gente volvía a llenar el espectáculo. La vida volvió, aparentemente, a la antigua normalidad con más o menos trabajo. La marioneta salía cada noche de su caja de madera, ahora más reforzada para evitar accidentes; actuaba en el teatro, movida por manos invisibles de su dueño: y volvía a la caja, donde reposaba tranquila hasta la noche siguiente, en la cual volvería a actuar y volvería a recibir eses agradecimiento sordo del trabajo bien hecho.
Desgraciadamente la realidad no es tan perfecta y agradable como nuestro amigo se la imaginaba.
El teatro, debido a su éxito, tuvo que moverse a un local más grande.Durante el traslado, su hermética caja se abrió. No se sabe si por accidente, fortuna o azar, pero el caso es que el pestillo saltó y la luz entro por la rendija que dejo. La luz y algo mas…Oyó voces, voces que hablaban, que hablaban de funciones.
- En serio, es un gran éxito- dijo una
- Nunca creí que nos fuera tan bien- dijo otra.
La marioneta se sentía pletórica, rebosante de felicidad, hasta que…
- Fue una suerte que se rompiera el trasto que usamos en la de la tarde. Si no nunca hubiéramos podido probar la otra en su lugar. Nos da el doble que cuando solo hacíamos una actuación por la noche.
Al oír eso la marioneta se quedo quieta, inmóvil, tal como se queda una marioneta. Había sido sustituida por otra, en secreto, en el engaño y no sabía nada. Sus amos habían jugado con ella como siempre, sin sospechar que otra le hubiera quitado su legítimo puesto que ocupaba.
- Ha sido una suerte retomarla. – Continuaron.- No pensé que nuestra primera marioneta hubiera podido reconquistar tan rápido a su antiguo público. La que se le rompió la cabeza ha estado bien como cambio y diversión.
Cuando terminaron recogieron la caja, volvieron a cerrarla y a dejarla apilada en el montón del camión de mudanza.
Al llegar al nuevo teatro la caja había desaparecido.
Tal vez se hubiera caído por el camino; tal vez, durante el traslado hubiera quedado olvidada en el camión; o tal vez la marioneta, viendo por primera vez la realidad de la vida, hubiera decidido escapar de personas que mienten a espaldas de otras haciendo daño a ambos bandos. Vosotros decidid que versión creéis mas oportuna.
Primera version de dibujo. Ya iremos mejorando lo presente
3 comentarios:
Muy bonita la historia, sólo añadir una cosa que si la marioneta se alejo de esas personas, que me alegro porque nadie se merece que se le mienta y otra cosa más a añadir que seguro que esa marioneta tendrá mucho más público en solitario ;D entendés? jajaa XDD
besos Mikav!!!!
Todos los hombres estamos hechos del mismo barro, pero no del mismo molde, ouyeahhhhhhhhh¡¡¡¡tiu eres genial, solo cuando quieres, jejejej
Interesante manera de expresarte. Me ha gustado.
PS: Sigo esperando el email que me debes
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